sábado, febrero 18

miniaturas medievales y textos borgeanos


Galerna tiene en saldos, hace ya un tiempo, un libro fermoso. Se llama “Tesoros de España: Ten centuries of Spanish Books” y es el catálogo de la exposición de iluminaciones que se hizo en la New York Public Library durante 1985. Papel ilustración, bilingüe, tapa dorada y textos de Anthony Burgess, Carlos Fuentes, Claudio Guillén, Juan Goytisolo, Italo Calvino y siguen las firmas. Hay un texto introductorio firmado por J. L. Borges, después de prólogos y preliminares de Ministros de Cultura, Directores de Museos, Reyes y demás plomazos. Es éste:



"Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros. A lo largo de la historia el hombre ha soñado y forjado un sinfín de instrumentos. Ha creado la llave, una barrita de metal que permite que alguien penetre en un vasto palacio. Ha creado la espada y el arado, prolongaciones del brazo del hombre que los usa. Ha creado el libro, que es una extensión de su imaginación y de su memoria.
"A partir de los Vedas y de las Biblias, hemos acogido la noción de libros sagrados. En cierto modo, todo libro lo es. En las páginas iniciales del Quijote, Cervantes dejó escrito que solía recoger y leer cualquier pedazo de papel impreso que encontraba en la calle. Cualquier papel que encierra una palabra es el mensaje que un espíritu humano manda a otro espíritu. Ahora, como siempre, el inestable y precioso mundo puede perderse. Sólo pueden salvarlo los libros, que son la mejor memoria de nuestra especie.
"Hugo escribió que toda biblioteca es un acto de fe; Emerson, que es un gabinete donde se guardan los mejores pensamientos de los mejores; Carlyle, que la mejor Universidad de nuestra época la forma una serie de libros. Al sajón y al escandinavo los maravillaron tanto las letras que le dieron el nombre de runas, es decir, de misterios, de cuchicheos.
"Pese a mis reiterados viajes, soy un modesto Alonso Quijano que no se ha atrevido a ser don Quijote y que sigue tejiendo y destejiendo las mismas fábulas antiguas. No sé si hay otra vida; si hay otra, deseo que me esperen en su recinto los libros que he leído bajo la luna con las mismas cubiertas y las mismas ilustraciones, quizá con las mismas erratas, y los que me depara aún el futuro.
"De los diversos géneros literarios, el catálogo y la enciclopedia son los que más me placen. No adolecen, por cierto, de vanidad. Son anónimos como las catedrales de piedra y como los generosos jardines.
"No veré, por cierto, los textos que su diligencia ha juntado, pero sé que desde el otro hemisferio me beneficiarán de algún modo y que serán de grata lectura".


J. L. B

Por otra parte: Taschen cumplió 25 años. Y a Benedikt, el librero que empezó vendiendo su colección de comics a los 16 años en el garaje de su casa, se le siguen ocurriendo buenas ideas: para celebrarlo, editó una serie de libros a precio de costo. En Yenny / El Ateneo hay uno de Iluminaciones de más de 600 páginas, el más completo y delicadamente presentado que vi en mi vida.